La inmensidad del desierto con su manto de silencio y soledad, los valles fértiles en medio de un escenario marcado por la sequedad y los cielos transparentes de la zona norte de Chile siempre han sido una fuente de inspiración para poetas.
No solo minería, pesca y turismo ha producido el norte. El arte, en especial la poesía, es otro fruto de esa tierra apagada e iluminada a la vez.